La humanidad se encuentra en un momento crítico para el desarrollo de nuestras ciudades y para el crecimiento urbano y social al cual nos tenemos que enfrentar. Pues dado a los innumerables avances tecnológicos, las tendencias sociales y el cambio climático, es de vital importancia tener como prioridad la relevancia ecológica y sustentable en la planeación y construcción de nuestras ciudades.

En respuesta a ello, desde hace más de 25 años, el USGBC (Consejo de la Construcción Ecológica de Estados Unidos, por sus siglas en inglés), creó el programa LEED (Leadership in Energy & Environmental Design). Una certificación internacional que se puede otorgar a los proyectos arquitectónicos para calificar su nivel de sustentabilidad. Siendo la principal intención de esta certificación, el promover la creación de espacios saludables para las personas, que las construcciones tengan un consumo mínimo de recursos no renovables y de energía, disminución de emisiones de carbono; que contribuyan al ahorro de dinero para los usuarios, respeto íntegro a los
ecosistemas y principalmente, de la mano de la sustentabilidad, que velen por el confort y calidad de vidas de las personas.

Sin embargo, si de algo podemos estar orgullosos en México, es que el país ocupa el 8vo lugar en la lista internacional (anual) de países con mayor cantidad de edificios y metros cuadrados con certificación LEED, muy por encima de Taiwán y  España. Pues, con base en estadísticas de la USGBC al 31 de diciembre del 2018, el país cuenta con 370 edificios y más de 8.41 millones de metros cuadrados con certificación. Entre ellos, los más destacados se encuentran: la Torre Bancomer
(CDMX), Torre Virreyes (CDMX) y Capital Natural Offices (San Pedro, N.L.).

Sin embargo, el más emblemático de todos está en el centro histórico de la Ciudad de México, un edificio de la época de la conquista española. El Antiguo Palacio de Ayuntamiento (hoy la cede del Gobierno de la CDMX), es el edificio más viejo, con certificación LEED Platinum, en el mundo desde el 2018. Esto dado a sus adecuaciones arquitectónicas y espaciales en aspectos de:
• Eficiencia energética: instalación de celdas fotovoltaicas y luminarias LED.
• Eficiencia hídrica: captación de agua pluvial y mobiliario ecológico para el ahorro de agua.
• Materiales sustentables y gestión de residuos: uso de políticas de reciclaje y reciclaje de desechos durante su remodelación.
• Calidad de experiencia humana: mejora en calidad ambiental para sus usuarios mediante sistemas de inyección de aire exterior.

Dentro de la certificación LEED, existen 4 niveles de sustentabilidad que califican, mediante un sistema de conteo de puntos, el nivel que se le otorga al edificio.
Estos van desde el puro certificado (siendo el más simple), hasta pasar por el Plata, Oro y llegar al nivel Platino que resulta ser el más alto de todos, donde se requiere que el edificio obtenga 80 puntos o más. Para ello se evalúan 7 categorías de la edificación que contemplan aspectos desde el impacto del edificio en su entorno urbano, hasta la calidad del ambiente que genera, el nivel de innovación implementado en su diseño, el uso de materiales y consumo de recursos, entre muchos otros.

Pues, como comentó Mahesh Ramanujam, presidente del USGBC en el aniversario 25 de la creación de esta certificación: “Mucho ha cambiado en 25 años. En 1993 no había una comunidad definida de edificaciones verdes, así que LEED se creó como forma de medición y para definir qué significa un edificio verde… El foco estaba en desarrollar edificios sustentables. Pero hoy, ya no es suficiente eso.” (2019). Y es que en los primeros años, la búsqueda por certificaciones LEED se debía principalmente por intereses de construcciones sustentables, sin embargo, hoy en día va más enfocada a la búsqueda de espacios que promuevan y mejoren el bienestar, la calidad de vida y la productividad de los usuarios dentro de los espacios arquitectónicos; priorizando el uso de energía renovable, volver más eficiente el manejo de desechos y recursos, reduciendo el impacto ambiental, y mejorando así su
presencia urbana.

Es por ello que surge la inmensa importancia de estudiar arquitectura con énfasis en la sustentabilidad. Porque las necesidades y urgencias ambientales actuales en el planeta, nos han empujando a tener que actuar de inmediato en el rediseño y replanteamiento de nuestras ciudades y construcciones para así, usando la experiencia y conocimiento arquitectónico, asegurar parcialmente un futuro digno, saludable y, ante todo, con calidad de vida ha las futuras generaciones.

Juan Bernardo Linares Tejeda.

Licenciado en Arquitectura por el Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro. Colaboró en talleres internacionales en L.A., California, con la firma de arquitectura Morphosis y en la Universidad Politécnica de Catalunya, en Barcelona. Ha trabajado en conjunto con los despachos arquitectura Sordo Madaleno Arquitectos y Lopez Morton Arquitecto en CDMX. Cuenta con experiencia como docente en el Instituto VIA Diseño y en la Universidad Mondragón México.